(Dedicado a Luisa, una mujer trabajadora extraordinaria, que nos ha dejado
demasiado pronto)
Con frecuencia escuchamos aquello de que en el siglo XX las mujeres se han
incorporado al mercado laboral. Bueno, eso es verdad solo en parte. Pero lo que
no es cierto en absoluto es que las mujeres no hayan trabajado desde siempre
mucho fuera de casa, en lo que llamamos trabajo productivo.
Pescadoras de almejas de Pontevedra: Fuente: La Ilustración Mundial, 1926
Lo que nadie
discute es que hacían todo el trabajo de casa, el reproductivo. Intentaré
mostrarlo basándome, sobre todo, en los datos de mi ciudad.
En las labores del campo, las mujeres siempre han participado. En ocasiones,
en tareas más o menos consideradas femeninas, como rebuscar o espigar, o en
otros trabajos más asociados a los roles masculinos, como varear o segar. De la
época anterior a la fotografía tenemos diversos testimonios en la pintura y la
literatura.
La sega, de Joaquim Vayreda (1881) y Las cargadoras de heno de Julien Dupré (1880). Dos testimonios gráficos del trabajo femenino en el campo catalán y francés.
La Ilustració Catalana, setembre de 1893.
Durante el siglo XIX se desarrolló el llamado sistema doméstico en el
sector textil. Unos empresarios proporcionaban materia prima y a veces máquinas
a trabajadores/as y después les pagaban a tanto la pieza. Una especialidad femenina
de esta forma de trabajo era la de las encajeras. En el Diccionario Geográfico Universal, de 1836, cuando se refiere a la industria de l'Hospitalet solo menciona:
"elaboracion de esquisitas blondas, en cuya ocupacion se dedican las mugeres."
Según un documento de 1853,
había en l’Hospitalet 198 mujeres que se dedicaban a esta tarea, lo que era una
cuarta parte de la población femenina adulta.[i]
Feminal, febrero de 1913. El encaje de bolillos, mostrado como un arte y considerado hoy una afición, era en el siglo XIX e inicio del XX un trabajo precario y mal pagado.
En las fábricas, sobre todo las textiles, el trabajo femenino era muy
importante. En el censo obrero de 1923 podemos ver que el 81% de las personas
que trabajaban en las factorías de este sector eran niñas y mujeres. Las 2.083
mujeres del textil eran un 45% del total de las personas que trabajaban en las
fábricas locales.[ii]
El Vapor Vell de Sants. Font: La Ilustració catalana, 15-6-1888
Trabajadoras de una fábrica textil de l'Hospitalet, probablemente Can Trinxet, hacia 1920.
En la muy intensiva agricultura local y en la comercialización de sus
productos también trabajaban las mujeres. Y en los sitiales de los/as basureros/as las mujeres hacían el duro trabajo de la selección de los residuos
y el cuidado del ganado, sobre todo porcino. Y en el servicio doméstico, y como
lavanderas…
Lavanderas, 1891. Fuente: La Ilustración hispano-americana
La mayor parte de estos trabajos eran sin contrato, en lo que hoy llamamos
la economía informal, dentro de las familias o por cuenta ajena. Por ello, la
documentación no suele reflejar el trabajo productivo femenino. Pero existía,
era importantísimo. Y además, tenían que hacer el trabajo reproductivo cada una
en su casa, la eterna doble jornada. En las primeras décadas del siglo XX se consiguieron algunos espacios profesionales para las mujeres, limitados y ligados a supuestas cualidades específicamente femeninas, pero significaron un primer paso: maestras, bibliotecarias, enfermeras, etc... También se consiguió que las mujeres pudiesen estudiar en las universidades.
Escola de Can Pi, 1932.
El nacional-catolicismo del franquismo en el Fuero del Trabajo decía que
quería “liberar a la mujer casada del taller y la fábrica” para que se dedicara
a las “labores propias de su sexo”, es decir, las domésticas. Aunque la legislación
evolucionó hacia una cierta igualación, se mantuvieron disposiciones como la
dote, que ofrecía una indemnización a las mujeres trabajadoras cuando se
casaban para que dejaran el trabajo y se centraran en el hogar. A pesar de todo
ello, las fábricas textiles o de ciertas manufacturas, como la INDO, tenían una
mano de obra mayoritariamente femenina.
Trabajadoras de Tecla Sala (1945).
En mis recuerdos personales de la década de 1970 está fijada la imagen de mi
abuela, tía y madre cosiendo en casa, en una nueva versión del sistema
doméstico del siglo XIX. Yo diría que en la mitad de las casas del bloque en el
que vivía, en el barrio de La Florida, las mujeres cosían. Eran como las trabajadoras
de los actuales talleres de las maquilas latinoamericanas, de las empresas
subcontratadas de China o Bangla Desh, mano de obra barata, sin derechos
laborales, etc.
No he encontrado fotografías de la costura doméstica de la década de 1970. Esta página de la revista de la Asociación de Vecinos de Sant Josep, Tots per tots del año 1977, en el que una mujer cose a máquina mientras escucha los seriales radiofónicos es lo más parecido que he encontrado de mis recuerdos infantiles.
En el antifranquismo se desarrolló un importante movimiento feminista, que luchó por la igualdad legal y real. En las décadas de 1960 y 1970 también las mujeres conquistaron muchos espacios profesionales, casi todos.
Servei municipal d'informàtica de l'Ajuntament de l'Hospitalet, 1972.
Hoy, las mujeres de las maquilas han venido a vivir a nuestros barrios, y vuelven a ser el servicio doméstico de las casas ricas y las cuidadoras de abuelos/as. Y la ciudad se llena de hoteles en las que trabajan las kellys por muy poco dinero.
Creo que con algunos documentos, testimonios, imágenes y recuerdos he
ofrecido algunas pruebas de la afirmación que he hecho al principio: las
mujeres siempre han trabajado y mucho, aunque de forma deliberada se intente
esconderlo.
"Hay
una conspiración no deliberada a escala mundial para subvalorar el trabajo de
la mujer y su contribución a la sociedad. En casi todos los países del mundo,
las mujeres trabajan más horas que los hombres; no obstante, participan menos
en beneficios económicos. Si el trabajo de la mujer se reflejara en forma
fidedigna en las estadísticas nacionales, destruiría el mito de que en el mundo
son los hombres quienes mantienen el hogar."
ANNEX DE JUNY DE 2021
El MIT de Manlleu ha fet un extraordinari vídeo, "Les obreres del tèxtil. Una majoria invisible", que enllaço a continuació...
ANNEX FOTOGRÀFIC
Part central del mural a Maldà (Urgell) Homenatge a la Dona, fet el 2013 pel Jordi March.
Escultura dedicada a les dones que treballaven en les activitats relacionades amb la pesca a Tossa de Mar (la Selva).
Durant la Primera Guerra Mundial, les dones van demostrar que eren capaces de fer les feines tradicionalment reservades als homes, com en aquestes dues imatges, d'Escòcia i Alemanya.
[i]CASAS, Joan. La formació de la indústria a l’Hospitalet,
Centre d’Estudis de l’Hospitalet, 1985, pág. 16.
[ii] CAMÓS, JOAN. l’Hospitalet. La
història de tots nosaltres 1930-1936, Diputació de Barcelona, 1986, pág.40.
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