sábado, 11 de octubre de 2014

La Internacional: 150 años de lucha obrera, también en l'Hospitalet



1. Las fuentes

El 28 de septiembre de 1864, en Londres, se fundaba la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), conocida como “La Internacional”. Como más tarde hubieron otras tres organizaciones del mismo estilo, también es conocida como la I Internacional.

Fundación de la Internacional; Londres; septiembre de 1864, hace 150 años


Se trataba de coordinar los sindicatos y partidos obreros ya existentes, tanto en sus acciones como en su ideología, además de impulsar la creación de nuevos. Si queréis profundizar en la historia y la importancia de la AIT podéis consultar el dossier que ha hecho la Fundación 1º de mayo de CC.OO. clicando aquí.

Para conocer la trayectoria de la Internacional en Cataluña y en España disponemos de la clásica e imprescindible obra de Josep Termes Anarquismo y sindicalismo en España. La Primera Internacional (1864-1881), que se publicó inicialmente en 1972 y se reeditó en 2000. Si quereis dar una ojeada a su versión en google books, clicad aquí

Además, disponemos de acceso a las fuentes primarias. Las actas del Consejo Federal de la AIT española y la correspondencia entre éste y las organizaciones locales fueron publicadas hace muchos años por Carlos Seco y Maria Teresa Martínez de Sas en varios volúmenes, y también se encuentran, en parte, en línea: correspondencia vol. III, vol. V o vol. VII

También tenemos acceso al órgano de la federación barcelonesa de La AIT, La Federación, gracias a l'Arxiu de Revistes Catalanes Antigues (ARCA), que se editó desde agosto de 1869 hasta enero de 1874. Su buscador nos lleva a l'Hospitalet o donde queramos.



Finalmente, hay que mencionar la excelente web veuobrera en la que hay mucha información del movimiento obrero catalán, fácilmente consultable y muy rigurosa.

Gracias a todas estas fuentes podemos reconstruir bastante bien la historia de la I Internacional en nuestra ciudad (y en la tuya).


2. La Internacional. Marx y Bakunin.

En sus estatutos, redactados por Karl Marx, se afirmaba que "La Asociación se establece para crear un centro de comunicación y cooperación entre las sociedades obreras de los diferentes países y que aspiran a una misma finalidad, a saber: la defensa, el progreso y la completa emancipación de la clase obrera." 

La AIT se dotó de un Congreso anual como órgano máximo de dirección y del Consejo como instancia directiva entre congresos. Hasta 1868 tuvo poca implantación entre el obrerismo organizado, pero a partir de aquel año fue penetrando en el movimiento obrero que resurgió en toda Europa en un contexto de crisis económica. 

Su expansión máxima, entre 1868 y 1871, coincidió, sin embargo con el planteamiento del principal problema que tuvo su corta vida. En 1869 se adhirió a la AIT una organización denominada Alianza Internacional de la Democracia Socialista (en adelante, la Alianza), fundada un año antes por el ruso Mijail Bakunin, con unos principios teóricos que entonces se denominaban "antiautoritarios" y que hoy llamamos anarquistas.

Karl Marx (1818-1883) y Mijail Bakunin (1814-1876)

Los enfrentamientos entre Marx y sus partidarios con Bakunin y los suyos fueron una constante desde entonces hasta que en el congreso de la Haya (1872) los primeros consiguieron la expulsión de los segundos. Pero para entonces, la división interna de la AIT no era su único problema. En la primavera de 1871 se produjo la experiencia democrática radical de la Comuna de París. Aunque no fue impulsada por los internacionalistas (ya les hubiera gustado a ellos tener esa capacidad de movilización) el hecho fue aprovechado por todos los gobiernos europeos para reprimir a la AIT. 

Entre la práctica desaparición del obrerismo francés, ahogado en sangre, la represión del de los demás países europeos y la división entre marxistas y bakuninistas, la AIT se autodisolvió en 1876. La rama anarquista hizo lo propio al año siguiente.


3. El Sexenio Democrático

La historia de la AIT española está directamente relacionada con los acontecimientos políticos que ocurrieron en el país entre 1868 y 1874, el llamado Sexenio Democrático. 

Este periodo es llamado así porque tuvo un régimen político bastante democrático, sobre todo en relación a lo que había antes y lo que vino después. Antes, había un régimen liberal en el que la reina Isabel II, que tenía mucho poder, confiaba sólo en el partido conservador del momento.

En septiembre de 1868 un pronunciamiento militar fue más allá del cambio de gobierno y derrocó a la reina (los que lo hicieron lo llamaron "la Revolución Gloriosa"). Rápidamente, surgieron juntas revolucionarias en numerosas ciudades que en principio fueron toleradas porque convenían a los que movían los hilos del proceso. Más tarde, las promesas hechas a las masas para recabar su apoyo fueron traicionadas y las juntas disueltas. 

Grabado que representa la quema de los retratos "del primero y último Borbón de España", en septiembre de 1868 en Barcelona, durante las jornadas de "la Gloriosa". La quema del retrato de Felipe V admite muchas lecturas

El nuevo régimen, eso sí, tuvo que admitir las reformas democráticas básicas, tales como el sufragio universal y la libertad de asociación. A las pocas semanas habían aflorado multitud de sociedades obreristas, que, a finales de aquel año, ya se habían coordinado en un organismo superior. 

Son éstos, momentos de ofensiva y reorganización del movimiento obrero, que tenía, según Termes:
- ideología: "republicanismo, cooperativismo, estudio e ilustración como base previa a la fase de emancipación social; un societarismo reformista"
- táctica: "desarrollo del asociacionismo obrero (creación de sindicatos y mutuas)" 
- estrategia: "planteó el cooperativismo (...), buscó la negociación con los patronos (...), defendió el proteccionismo y postuló, en directa alianza con los federales, la república democrática federal".

Durante los años siguientes se produjo un pulso entre los diferentes grupos sociales para imponer su modelo social y político: regreso al Antiguo Régimen, liberalismo restringido, monarquía constitucional a la italiana, república unitarista, república federal, la revolución igualitaria, etc. El régimen republicano, el más favorable a los intereses de las clases trabajadoras que llegó a estar en el poder, fue proclamado en febrero de 1873, pero un golpe militar acabó con la I República en enero de 1874. Un segundo pronunciamiento provocó que España volviera "a lo de antes", el liberalismo restringido, con el hijo de la reina Isabel, Alfonso XII como rey.


El 3 de enero de 1874, las tropas del general Pavía irrumpieron en el Congreso y acabaron con la I República. Aquel día, después de la destitución de Castelar, iban a elegir como jefe del ejecutivo a un republicano federal, que muy probablemente iba a responder a las demandas de las revueltas cantonalistas, iba a eliminar las quintas, iba a plantearse el problema de la propiedad de la tierra... ¡Hasta ahí podíamos llegar!


4. La Internacional llega a España

El primer contacto de la AIT con España se produjo a finales de 1868, cuando un emisario de la Internacional, Giuseppe Fanelli, entró en contacto con sendos grupos obreristas de Madrid y Barcelona. Pero Fanelli era, en secreto, miembro también de la Alianza, por lo que estos primeros núcleos se unían a la AIT con el ideario bakuninista. Lo cierto es que desde este momento hasta el inicio de 1874, cuando fue duramente reprimida, la Internacional española, y especialmente la catalana, optó mayoritariamente por la tendencia anarquista. 

Las razones de esta opción han sido muy discutidas por la historiografía. La primera impronta de Fanelli debió tener su importancia pero no fue el factor más decisivo. Seguramente hemos de buscar el motivo principal en el proceso de  político del Sexenio. Como apuntábamos antes, el nuevo régimen traicionó a las masas populares y defraudó la mayor parte de sus expectativas en relación a la justicia social, democratización política, abolición de las quintas y los impuestos indirectos, etc. No es de extrañar que entre 1869 y 1872 el grueso del obrerismo español se inclinase por el apoliticismo y el anarquismo.

En los meses iniciales de 1870, La Federación, el periódico de la AIT en Cataluña, comenzó una campaña para hacer un congreso obrero de alcance estatal. El asociacionismo obrero catalán estaba lo suficientemente organizado como para recoger el envite y llevarlo a término. Se celebró en junio en Barcelona y fue el primero de la historia de España. En él no hubo delegados de asociaciones obreras de l'Hospitalet ni del Baix Llobregat. De las poblaciones cercanas sólo encontramos un delegado de los "tejedores de panas de Sans"[1].

Congreso obrero y de fundación de la Federación Regional Española de la AIT. Barcelona, junio de 1870

En abril de 1871, con el trasfondo de la Comuna de París, las fuerzas conservadoras de toda Europa reaccionan con dureza. Las huelgas y reuniones son prohibidas por el Gobernador de Barcelona. La represión contra los sindicatos en general y la Internacional en particular va creciendo, hasta que en noviembre es declarada inconstitucional, nada más y nada menos que en un debate parlamentario que duró veintiún días. 


5. La difusión de la Internacional en el entorno de l'Hospitalet


A pesar de todo, la organización de los trabajadores no se paraba, aun en una situación de práctica clandestinidad. En septiembre de 1871, una comisión de la sociedad de tejedores de Gracia trabajaba para organizar una sección que comprendiera a los trabajadores de este oficio de Sant Feliu, Sant Just, Cornellà, Esplugues, l'Hospitalet y Les Corts. Para ello se celebró una reunión en Sants, a la que asistieron trabajadores de los pueblos citados[2]. Esta noticia nos revela que existían esos grupos de tejedores organizados y que la coordinación de los mismos venía, como no, de Barcelona y su entorno inmediato.


Lo que creo que es importante señalar es que a lo largo de 1870 y 1871 se fueron creando asociaciones de trabajadores que no legalizaban su situación y, por tanto, no constan en los registros. Eran asociaciones del mismo oficio y de la misma localidad, que partían, por un lado, de la propia experiencia sindical, basada en el pasado gremial, y mutualista, y por otro, del impulso que recibían de aquellos núcleos obreristas de la capital, más ideologizados y vanguardistas en sus formas de organización y objetivos sociales y políticos.


Las pruebas de su existencia, son de dos tipos. Por un lado, tenemos unas movilizaciones que delatan una cierta organización que permite la coordinación y unidad de acción. Por ejemplo, la huelga de "obreros alfareros" de Barcelona y alrededores de noviembre y diciembre de 1871. Pedían aumento de jornal y reducción de la jornada de trabajo a 10 horas[3]. Según la prensa internacionalista:


"La huelga de los obreros alfareros se sostiene con mucha energía (...) Muchos de los burgueses habian hecho venir oficiales de otras provincias á trabajar; pero muy pronto han visto inútiles sus esfuerzos, porque la sociedad les ha hecho sabedores de lo que había, y muy pronto se han convencido de ello, pues ya han regresado á su pais, y la sociedad misma les ha proporcionado recursos para ello."[4]
 

Así que, poco a poco, los patronos iban cediendo. A mediados de diciembre, se habían plegado a las exigencias de los huelguistas, de Barcelona, 6, de Sants, 2, de Gracia, 1, de St. Martí, 3, de Esplugas "las dos fábricas" y de "Hospitalet: la fabrica de los franceses, de azulejos de Valencia"[5].

Emblema de la Federación Regional Española de la AIT


La otra prueba de la existencia de las sociedades obreras la encontramos en referencias indirectas. En febrero de 1872, el Gobierno provincial de Barcelona envió una "circular reservada" bajo el epígrafe de orden público, al alcalde hospitalense en el que le decía: 
"Repetidas son las quejas que se han dirigido a este Gobierno denunciando la exista. de sociedades políticas constituídas sin autorización alguna y que á la vez son centro donde se proclaman maximas e ideas que tienden á subvertir la pública tranquilidad".[6]
En ese mismo mes se celebró el primer congreso del principal sindicato del textil, Las Tres Clases del Vapor (clases quería decir oficios), que en aquellos momentos se había adherido a la AIT. Existían sociedades del sindicato en Sants, Cornellà, Molins de Rei, Papiol, Barcelona, Gràcia, etc... pero no en l'Hospitalet [7].



En abril de 1872, tras la caída del gobierno derechista -para el contexto del Sexenio- de Sagasta, se celebró en Zaragoza un nuevo congreso de la Internacional española, lo que indica que los peores momentos de la persecución habían pasado. Sin embargo, los episodios de represión continuaron, como el del 4 de mayo de 1872, cuando el gobernador militar de Cataluña impuso el estado de guerra y comunicó a todos los ayuntamientos que habían de cerrar "casinos, liceos y establecimientos de este género"[8].

Restablecida la normalidad constitucional, a lo largo de la segunda mitad del año, multitud de asociaciones obreras afloran a la legalidad como secciones de oficio de cada localidad adheridas a la AIT. En aquel verano, la federación de Sants llegó a los 1.500 afiliados.[9]

Notícia a pareguda a la pàgina 3 de La Federación del 21 de gener de 1872

6. La Internacional en l'Hospitalet

En este contexto de ebullición obrerista, en julio de 1872, es cuando aparecen en la documentación cuatro asociaciones en l'Hospitalet. "Las secciones de Alfareros, Tejedores, Agricultores y Albañiles, que constan de 191 federados, han resuelto formar parte desde 1º de Agosto próximo de nuestra gran Asociación", constituyendo las cuatro secciones una federación local.[10]


A partir de este momento tenemos mucha información de las vicisitudes de estas sociedades y sus afiliados gracias a las fuentes antes mencionadas. Las principales noticias son las siguientes:


- El líder de la AIT de l'Hospitalet era Francisco Munné i Enrils, cuyo domicilio era Carretera, 79 [11]


- En las elecciones a los delegados al congreso de La Haya [12], en l'Hospitalet Marselau y Morago (seguidores de Bakunin) obtuvieron 191 cada uno, mientras que Lostau (republicano) no obtuvo ninguno[13]


- En octubre de 1872 visitaron l'Hospitalet, en el marco de una gira por las federaciones catalanas, los delegados españoles en los congresos de La Haya y Saint-Imier, Morago, Farga y Marselau [14]


- En noviembre, las secciones de albañiles y alfareros contribuyeron a la caja de resistencia de las huelgas de albañiles de Barcelona de 1870 y con otra de aquellos momentos en Valencia.[15]


- También en noviembre, el consejo local escribe a la dirección manifestando "la precaria situación de los trabajadores del Campo a consecuencia de la esplotación de los señores de la Tierra".[16] La dirección les responde:
"Compañeros: Enterado este Consejo de vuestra grata fecha (?) del que cursa ha visto con satisfacción cómo tres de las secciones de esa localidad practican el gran principio de la solidaridad obrera; y si bien los trabajadores del campo no pueden remitir recursos, no es por falta de voluntad, pero sí por la infame explotación que pesa sobre ellos. La dura esclavitud en que nos tiene sumidos la criminal burguesía, nos demuestra claramente la necesidad imprescindible de trabajar sin descanso, para sacudir tanta ignominia, demoliendo con la piqueta revolucionaria, todas las instituciones de la presente corrompida sociedad. No dudamos que los internacionales de Hospitalet sabrán cumplir con su deber sosteniendo siempre, muy alta, la roja bandera del trabajo. Recibid un abrazo de los que os desean Salud y Liquidación Social. Anarquía y Colectivismo."[17]


- La federación hospitalense, como la de ninguna población del Baix Llobregat no pudo enviar ningún delegado al Congreso de Córdoba, donde triunfaron los postulados anarquistas.[18] El Consejo local manifestó:
"la satisfacción de todos los federados al ver el feliz éxito alcanzado en el Congreso de Córdoba y su alegría por haber combatido la política de los partidos burgueses, porque no es más que una farsa".[19]
- En la misma línea de adhesión mayoritaria a las ideas anarquistas, tres datos de 1873:
a) en marzo, ante una información del diario lisboeta O Pensamento Social, que cuestionaba el Congreso de Córdoba y la Comisión federal elegida en él, la Comisión de dice que es reconocida por numerosas federaciones locales, entre ellas la de Hospitalet de Llobregat.

b) en abril, la dirección de la AIT escribe a la federación hospitalense: "Compañeros: Grata ha sido para esta Comisión vuestra carta fecha 9 del que cursa al ver las ideas radicales y revolucionarias que vuestra federación sustenta y lo dispuesta que está a marchar siempre adelante."[20]

c) También en abril, en la votación que según los estatutos había que hacer sobre los acuerdos del Congreso de Córdoba, 159 internacionales de Hospitalet de Llobregat los ratificaron.[21] Si los afiliados eran 191, ¿los 32 que no los ratificaron se estaban alejando de las ideas anarquistas?


- En marzo de 1873, se incorpora a la Federación Barcelonesa de la AIT la sección de trabajadores de carga y descarga de las estaciones de los ferrocarriles de Barcelona a Martorell[22], la línea que pasa por l'Hospitalet. 


- En abril, tras una exitosa huelga gracias a la solidaridad de la Unión de los Trabajadores del Campo, la Federación de oficio de los campesinos de la Internacional, los "pastores y zagales de la comarca de Prat de Llobregat, Hospitalet y Sants” se constituyeron como sección de la AIT. Del movimiento campesino se hizo el siguiente comentario en La Federación
"Los últimos soldados del fanatismo y de las persecuciones, los obreros del campo, se levantan con una energía admirable para reivindicar los derechos del productor; y aclamando con entusiasmo los principios anárquicos y colectivistas."[23]

- En el mismo mes, una acción conjunta de los "alfareros" de Sants, Gracia y l'Hospitalet ha conseguido un aumento de salario y reducción de jornada. Asímismo los albañiles y alfareros hospitalenses socorrían a los canteros valencianos en huelga.[24]


- A finales de abril fueron los albañiles y peones de Barcelona y alrededores, incluyendo Sants, l'Hospitalet, Cornellà, El Prat, St. Boi y St. Feliu, los que se declararon en huelga. Las reivindicaciones eran sencillas: jornada de nueve horas y eliminación de la obligación a que los obreros se costearan las gavetas, unos instrumentos de trabajo. Al día siguiente, la mayoría de los patronos aceptaron las reivindicaciones. Entre los pocos recalcitrantes se encontraba un tal Carbonell, de l'Hospitalet.[25]

Este plano es de 1888, aunque probablemente refleja la realidad de unos años antes. 

- En mayo se celebró el II Congreso de la Union de los Trabajadores del Campo de la Región Española de la AIT, con delegaciones de l'Hospitalet, Sants, Les Corts, Esplugues, Cornellà y muchas otras localidades del Bajo Llobregat. En La Federación se afirmaba que los delegados catalanes y andaluces estaban poseídos de espíritu revolucionario y con "sed de demostrar á la faz del mundo cuales son las aspiraciones del ignorante y hasta hoy estúpido labrador". Además, "las secciones agrícolas de la comarca del Llobregat y circunvecinas pusieron en conocimiento del Congreso que en el tiempo de la siega de las mieses deseaban llevar á cabo un movimiento que les pudiese proporcionar algunas ventajas en las actuales condiciones de trabajo, (...)" y pedían solidaridad.[26] La huelga comenzó a finales del mismo mes, duró cuatro días y se saldó con un gran éxito.[27] Sin embargo, la conflictividad en el campo se mantuvo, como indica una carta del Gobernador Civil al alcalde de l'Hospitalet diciéndole: "Ha llegado á noticia de este Gobierno que en ese pueblo se proyecta para el dia de mañana una huelga de trabajadores del campo en la que se trata de imponer á los propietarios arrestandoles en sus casas para que no puedan dedicarse á sus faenas agricolas"; y exigiéndole que evitara "todo ataque á los derechos individuales".[28]


- En julio, las secciones de alfareros de St. Martí, l'Hospitalet, Gràcia y Sants convocaron una Conferencia de delegados de dicho oficio de alcance estatal para el mes siguiente, con el objeto de coordinarse para reivindicar la jornada de ocho horas.[29]


- Al final del verano la federación hospitalense se divide. Tras las revueltas cantonalistas y la huelga de Barcelona de julio, justo cuando el gobierno de Pi i Margall estaba llevando a cabo la legislación social más avanzada de la época, una parte de los internacionalistas abandonaron el apoliticismo y apoyaron la República[30]. ¿Son los 32 que en abril no votaron a favor de lo aprobado en el Congreso de Córdoba?

- Paralelamente,la AIT fue reprimida en las semanas siguientes a las movilizaciones de julio, por lo que numerosas federaciones fueron disueltas. Entre las que se mantuvieron estaba la de l'Hospitalet, como Barcelona, St. Martí, Les Corts, Molins, etc... Las que en octubre habían perdido el contacto con la dirección fueron Gràcia, Sarrià, Esplugues, Cornellà, St. Boi, St. Just, St. Joan, St. Feliu, etc. En l'Hospitalet escriben al Consejo Federal que "los burgueses también han calumniado mucho a la Internacional, con objeto e desorganizar esta Federación". [31] De hecho, la dirección de la AIT pide las cotizaciones desde enero a la federación hospitalense[32] y a muchas otras, calificando la situación de la AIT abiertamente de crisis.


- En noviembre, en el molino papelero del Torrent Gornal había una huelga "por negarse á aceptar el mayordomo (el director) el acuerdo de la sociedad de papeleros de Sans"[33].


- En diciembre, delegados de las secciones de trabajadores del campo de poblaciones del Barcelonès y Baix Llobregat (por l'Hospitalet, Juan Mercadé) se reunieron en Sants y protestaron contra el Consejo de la Unión por no haber sido solidario con los huelguistas de Sanlucar y otros motivos estatutarios. Poco después, el Consejo de la Unión de Trabajadores del Campo de la Region Española dimitió. [34]

             
En conclusión, la movilización obrera y campesina durante estos años fue muy intensa. Una creciente masa obrera se organiza y actúa siguiendo los principios revolucionarios de la Internacional. Se desarrolla, de forma paralela, una mejora en las condiciones de vida y trabajo de la clase trabajadora y la esperanza de alcanzar la utopía, que en esos momentos parecía cercana.

"La Federación", núm.158, agosto de 1872


7. La represión de 1874 en adelante



El 3 de enero de 1874 un golpe militar acabó con la República e impuso una dictadura militar. El 7 de enero de 1874 fue ocupada la sede de la AIT barcelonesa. El 9, Alejo Cañas, gobernador civil y militar, la disolvió e incautó sus bienes, adelantándose un día a la prohibición total que hizo el gobierno provisional.    
      

El esqueleto organizativo de la Internacional se fue manteniendo en la clandestinidad, a nivel estatal y local de l'Hospitalet. En los primeros meses de 1874, a pesar de la represión, la AIT hospitalense fue capaz de comunicar a la dirección que harían un esfuerzo para enviar su cuota federal[35]. Pero lo más importante fue que consiguieron encontrar una forma organizativa para mantenerse públicamente. El Consejo local de la AIT comunicó a la dirección, en febrero de 1874, "haber establecido una cooperación en consumos"[36]


El cooperativismo era una forma de activismo obrero que la Internacional no veía con buenos ojos; se asociaba a posturas más bien reformistas. Sin embargo, durante el Sexenio se crearon algunas cooperativas con gran éxito en nuestro entorno inmediato, como la "Unión Obrera de Sants" (1873) y "El porvenir de Cornellá" (1874)[37]. De todas formas, tal y como estaban las cosas, no era aquel un momento para purismos ideológicos y desde la dirección contestaron que "deseamos vivamente que el establecimiento cooperativo produzca buenos resultados; y sin duda lo conseguireis si habeis elegido buena administracion y esta cumple con su deber".[38]


No cabe duda que en aquellos meses la organización se mantuvo bastante entera en la clandestinidad. Una muestra de la implantación de la AIT en aquellos difíciles momentos fue el envío por parte de la Comisión Federal de 4.130 ejemplares del "Manifiesto a los Trabajadores". Por localidades, el reparto fue el siguiente: Barcelona, 800; Les Corts de Sarrià, 200; Terrassa, Vilanova y Vilafranca, 150; Badalona, Can Bros, Gràcia, Granollers, Igualada, Manresa, Mataró, Molins, Papiol, Sabadell, S. Andreu del Palomar, Vic, y l'Hospitalet (dirección "Francisco Munné y Enrils, Carretera, 79"),100; St. Feliu de Llobregat, 25; Cornellà, St. Boi, St. Just y St. Joan Despí, 10."[39]
 

Pero la represión fue aumentando y obedeciendo una indicación del Capitán General de Cataluña, el alcalde ilegalizó la cooperativa y clausuró el local hacia noviembre[40]. En febrero de 1875, los internacionales volvieron a la carga solicitando la legalización del Montepío Unión de los Obreros de Hospitalet, demanda encabezada por Pedro Llopis y Rosas[41]. El Gobierno Civil pidió información al consistorio, que volvió a adoptar una postura muy reaccionaria, desestimando la oportunidad de tal entidad y rebatiendo los argumentos dados en la demanda de legalización en los siguientes términos: "... se sienta como principal motivo de la instalacion del Montepio la paralizacion de trabajos que en distintas epocas ha obligado hasta á los jornaleros á emigrar á otros paises, lo cual es inexacto, pues siendo la agricultura el principal y cuasi unico trabajo de esta localidad no ha habido nunca la paralizacion que suponen á no ser por huelgas por ellos mismos motivadas en estos ultimos tiempos siendo por el contrario la falta de brazos la que se nota en esta comarca." A lo que añadía que mutualidades "para casos de enfermedad" ya existían tres en el pueblo [42].


Otro episodio represivo de estos momentos fue el cierre del Casino la Armonía, en abril de 1876. Una vez más, el Ayuntamiento, encabezado por Jaume Arús, una especie de líder reaccionario local. Fue él el que ocupó el cargo de alcalde el 10 de enero de 1874, sustituído en marzo por órdenes del Gobierno Civil por Pere Norta y vuelto a nombrar en enero del 1875. Se dio prisa en informar a sus superiores que en la Armonía "se jugaba fuera de la ley" y que "aquel local en tiempo de la revolucion fue siempre el Templo de los federales y que los individuos que lo componian continuan en la actualidad asistiendo a él"[43]. En mayo fue elegido Antoni Parera y otro clima reinó entre las autoridades locales y las fuerzas de izquierda.


Eso sí, las querencias eran mutuas. Los internacionales hospitalenses informaban a la Comisión Federal en febrero del 74 que el consistorio de entonces se componía "de un alcalde que ha estado en presidio por ladrón y de otros por el mismo estilo". Además, se decía que "el Ayuntamiento que disolvió la fuerza bruta lo componían 8 socialistas y 3 colonos".[44] Estos "socialistas", ¿quienes eran?, ¿marxistas doctrinarios?, ¿republicanos calificados de marxistas casi como un insulto?, ¿los internacionalistas que en el verano anterior se apartaron de la AIT? 

Jaume Arús i Cuixart, uno de los primeros "fachas" locales conocidos. Fue la persona elegida para ocupar la alcaldía en los momentos más importantes de la reacción política: 1839, 1856 y 1874. Según los internacionales, había estado en la cárcel por ladrón.

En junio de 1876, los internacionales en la clandestinidad insistieron, aprovechando una cierta relajación en la represión local y general. Pidieron de nuevo la legalización de la Sociedad cooperativa Unión de los Obreros del Hospitalet de Llobregat. El Gobierno Civil pide información al alcalde, que le dice: "Existe una cooperativa de venta de pan, vino y comestibles hace dos años, y ahora quieren legalizar su situación. Y puede que su fin sea el puramente económico-cooperativo pero estas sociedades no siempre se han ceñido a eso, promoviendo huelgas, etc... trastornando el orden político, económico y social. Es cuanto puedo informar a V. E."[45] El alcalde deja bien claro el carácter de la cooperativa pero no quiere significarse demasiado y deja el veredicto al gobernador, el cual, finalmente, accedió[46].


El acto público de constitución de la sociedad obrera fue el 23 de agosto en el local de la misma, en la calle Mayor. Es interesante apreciar como la cooperativa existió desde febrero de 1874 de forma ilegal, pero sin duda con conocimiento de todos, y nadie fue capaz de disolverla de facto. 

El movimiento obrero en nuestra ciudad tiene más de 200 años de historia. La de la I Internacional es una de sus páginas más intensas y merece la pena conocerla.


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Para las notas, La Federación es LF; las actas del Consejo Federal son ACTA; las cartas están indicadas como AIT; el Archivo de l'Hospitalet, como AH.


[1] Actas del Congreso Obrero, La Federación , Suplemento nº 1, 21-vi-1870

[2] La Federación 108, 10-ix-71

[3] LF 119, 26-xi-71

[4] LF 122, 17-xii-71

[5] Id.

[6] Arxiu de l'Hospitalet (AH) "Correspondència 1870-72"

[7] LF 131, 18-ii-72

[8] AH "Correspondència 1872"


[10] LF 153, 21-vii-1872 y

[11] Correspondencia AIT 1265, 9-x-72 (vol I, pàg.198). El vial conocido com "carretera" corresponde a la actual calle Enric Prat dela Riba. En aquel momento era el eje de crecimiento de lo que podríamos llamar el suburbio obrero e industrial del núcleo tradicional de l'Hospitalet.

[12] El Congreso de La Haya, 2-7 de septiembre, fue el V Congreso de la AIT, y fue, como señalamos anteriormente, el escenario de la ruptura definitiva de marxistas y bakuninistas. Los delegados bakuninistas, entre ellos los cuatro españoles, se reunieron en el Congreso de Saint-Imier (Suiza), una semana más tarde.

[13] AIT 1304, 12-x-72 (vol. I, 242-243)

[14] AIT 1257, 9-x-1872 (vol. I, 196)

[15] LF 169, 9-xi-72 y 170, 16-xi-72

[16] ACTA 14-xi-1872 (vol. I, 344)

[17] AIT 1603, 20-xi-72 (vol. II, )

[18] El Congreso de Córdoba se celebró los días finales de 1872 y los primeros de 1873 y significó la ratificación de la adscripción de la Federación Regional Española de la AIT a las tesis anarquistas.

[19] ACTA 31-i-73 (vol. II, 32)

[20] AIT 313, 15-iii-73 (vol. IV, 43)

[21] AIT Circular nº 11, 25-iv-1873

[22] LF 189, 29-iii-73

[23] LF 190, 5-iv-73

[24] LF 191, 12-iv-73

[25] LF 193, 26-iv-73, LF 194, 3-v-1873, LF 196, 17-v-1873

[26] LF 198, 31-v-73

[27] LF 198, 31-v-73 y LF 199, 7-vi-73

[28] AH "Correspondència 1873"

[29] LF 204, 12-vii-73

[30] ACTA 24-ix-73 (vol. II, 311) y AIT 1310, 22-ix-73 (vol.V, 311)

[31] LF 218, 18-x-73

[32] AIT 1526, 22-x-73 (vol V, )

[33] LF 222, 15-xi-1873; se trata del molino que luego fue incorporado por la industria textil Basté, adquirida posteriormente por Tecla Sala.

[34] LF 225, 6-xii-1873

[35] AIT, Comunicaciones..., vol.VII, nº 2259

[36] AIT, Acta de la CXXX sesión, vol II, 308

[37] REVENTÓS, M. Assaig sobre alguns episodis històrics dels moviments socials a Barcelona en el segle XIX, Barcelona, 1925, pàg 126

[38] AIT nº 2259, 25-ii-1874 (vol. VII, )

[39] AIT nº 2424, 1-iv-1874

[40] AH "Correspondència 1874"

[41] AH "Correspondència 1875"

[42] Id.

[43] AH "Correspondència 1876-1877"

[44] v. cita 42

[45] AH "Correspondència 1876-1877"

[46] Id.




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